Archivo de la etiqueta: Literatura Austríaca

En las alturas / In der Höhe (escrita en 1959, publicada en 1989), de Thomas Bernhard (1931- 1989)

Foto:R.L/R.B

«(…) si me pudieran demostrar que fui

vago, pero nunca he sido vago,

ni tampoco desastrado, no, exteriormente desastrado,

pero no interiormente, eso es lo que importa, no ser

desastrado interiormente, que el corazón y los pulmones

no sean desastrados, lo que no impide llevar una

vida desastrada, una vida totalmente desastrada y

desgreñada, una existencia envilecida, (…) » (Pág.40)

«(…) prepararme finalmente para mi mayor

empresa,

me preparo para mí mismo, todo esto no es más que

una preparación para mí mismo, (…)

las falsas traducciones de grandes ideas en mediocridad: las observaciones

de los gacetilleros sobre Dante y Edgar Allan

Poe: ¡Maldito onanismo!, (…)» (Pág.55)

«(…) cuando hemos encontrado a alguien con quien convivir, a menudo ocurre muy deprisa, siempre cuando creemos que no encontraremos ya a nadie, así pues, cuando volvemos a encontrar a alguien, actuamos como si lo poseyéremos, como si nos perteneciera, lo rodeamos de muros, de altos muros, de muros infinitamente altos, lo encarcelamos, cementamos su espíritu, sus sentimientos, querríamos matarlo: años más tarde ese alquien nos resulta indiferente: lo hemos olvidado, (…)» (Pág. 93)

«(…) todos se mueven sobre el abismo: pero una y otra vez alguno consigue arrojar a otro dentro: no se puede evitar ser arrojado dentro durante toda la vida, no se puede, sería una mentira, sería una desvergüenza, sería una imbecilidad,

es el abismo lo que nos mantiene a todos vivos, nada más que el abismo, (…)» (Pág. 109)

«(…) mi perro sabe que lo voy a matar, pero no lo sabe nadie más: nadie tendrá mi perro.» (Pág.124)


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«La señorita Else/ Fräulein Else»,(1924), de Arthur Schnitzler(1862-1931)

Foto: R.B/R.RL

«¿Me permites sentarme un momento a tu lado, Elsa, o te estorbo en tus sueños? »

«¿Por qué mis sueños? Tal vez en mis realidades. »(Pág.28)


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«Casanova. Último acto/El regreso de Casanova/Casanovas Heimfahrt»(1917), de Arthur Schnitzler(1862-1931)

Foto: R.B(Juntalibros)

<<Hablaba como si el tiempo no hubiese pasado, como si cualquier hecho en que se fijase hubiese ocurrido el día anterior, presentando así a su palabra una viveza y un interés que no tiene lo acaecido en tiempos remotos, cuando los años han tendido su desteñido manto. No todas sus palabras eran sin embargo verdaderas, más sus fantasías suplían con creces cuanto su memoria faltaba, y él lo único que deseaba era demostrar su buen humor inagotable y tener al auditorio pendiente de sus labios. Además, sus propias invenciones le mecían en la ilusión de que el tiempo no había transcurrido y era el mismo Casanova mimado de la suerte, joven, lleno de vida, rico, atendido y mamado por cuantas damas tropezara en el mundo, admirado por príncipes y magnates que no en pocas ocasiones se habían aprovechado de su fortuna y generosidad. No, ya no era Casanova el aventurero venido a menos, sino el caballero radiante, el conquistador irresistible, asombro de propios y extraños, el galán a quien los mismos españoles rendían pleitesía…>>(Pág. 25)

<<¿Yo Creer él en Dios?-se preguntó de pronto- ¿Qué clase de Dios era aquel que sólo se mostraba favorable a los jóvenes y dejaba a los viejos sumidos en el dolor ¿Un Dios que, cuando le placía, se transformaba en diablo, y volvía ~ la riqueza en pobreza, la desgracia en felicidad y el placer en desesperación? Te diviertes con nosotros: ¿y tenemos que rezarte? ¡Dudar de ti es el único medio que nos queda para no blasfemar de ti! ¡No existes! Porque, si existes, ¡tendré que maldecirte!>>(Pág. 101)


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«Textos solo publicados en diarios y revistas»(1909-1921), de Franz Kafka(1883-1924)

Foto: R.B(Juntalibros)

Indice:

  • Un breviario para damas (1909)
  • Conversación con el orante (1909)
  • Conversación con el borracho (1909)
  • Los aeroplanos en Brescia (1909)
  • Una novela de juventud (19010)
  • Una revista extinta (1910)
  • Primer capitulo del libro «Richard y Samuel» (1912)
  • Barullo (1912)
  • Desde Matlarháza (1920)
  • El jinete del cubo (1921)

<<Quienes por naturaleza se mantienen alejados de la colectividad, no pueden, sin sufrir cierto menoscabo, aparecer regularmente en una revista donde, entre los demás trabajos, tienen que sentirse expuestos a una especie de luz de candilejas y parecen más extraños de lo que son; y no necesitan defensa alguna, pues la incomprensión no puede afectarlos y el amor los encuentra por doquier. Tampoco necesitan ningún refuerzo exterior, pues si quieren seguir siendo veraces, sólo podrán alimentarse de sí mismos, de modo que no se les puede ayudar sin antes perjudicarlos.>>

(Obras completas, Tomo I, Una revista extinta, Pág. 714)

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«Die Legende vom heiligen Trinker/La leyenda del santo bebedor»(1939), de Joseph Roth(1894-1939)

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Foto:R.B

Indice:

La leyenda del Santo Bebedor(1939)

El busto del emperador(1934)

Jefe de estación Fallmerayer(1933)


 

<<Porque no hay nada a lo que más fácilmente se acostumbre una persona que a los milagros, cuando los ha conocido una, dos o tres veces. Sí, la naturaleza del hombre le lleva a enfadarse cuando no obtiene de forma continuada lo que parece haberle prometido un azar casual o pasajero.>>(Pág.30, La leyenda del Santo Bebedor)


<<…sus ojos, que parecían mirar hacia una lejanía sin fronteras;miraban hacia el pasado.>>(Pág.84, El busto del emperador)


<<Fallmerayer había caído en una despreocupación justo como les sucede a algunos hombres, a quienes el exceso de su pasión les enceguece los sentidos, les roba el discernimiento, les trastorna el entendimiento. Le parecía que solo él estaba sobre la tierra, él y la prenda de su amor. Pero, por supuesto, indiferente a su persona, el grande e intrincado destino del mundo continuó avanzando.>>(Pág.118-119, Jefe de estación Fallmerayer)

 

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«Franz Kafka: una biografía» (1964), de Klaus Wagenbach

Foto: R.B (Juntalibros)

Foto: R.B (Juntalibros)

<< Brod también le animaba a superar sus perpetuas vacilaciones y a dar lecturas de sus obras en el seno de ese círculo de amigos, e intentaba encontrar editor para ellas; en fin, impedía que Kafka se cerrara del todo al entorno. Él fue el primero en descubrir el talento de su amigo. Pero también le atraía su persona:

“Irradiaba algo inusualmente intenso, algo nunca he vuelto a percibir, ni siquiera frente a hombres de mucha importancia o fama… Nunca pronunciaba una palabra trivial. Todo lo que venía de él tenía un estilo que con los años fue haciéndose cada vez más desenvuelto, una rica expresión de modo singularísimo de ver las cosas, que era paciente, vital, de una irónica condescendencia hacía las tonterías del mundo, lleno de humor y sin embargo atento a la esencia de las cosas, a lo <<indestructible>>, es decir, diametralmente opuesto al del desengaño o el cínico. En su presencia, la vida cotidiana se alteraba, todo parecía visto por primera vez, todo era nuevo, a veces triste y deprimentemente nuevo. No era yo el único sobre el que Kafka producía este efecto; a muchas otras personas le sucedía lo mismo. Por entonces solo yo conocía sus obras literarias. Pero aún sin las obras, la personalidad de Kafka por sí sola bastaba para impresionar; a pesar de su timidez, muchas personas de cierto rango se daban cuenta enseguida de que se hallaban ante un ser singular. “ >>

(Pág. 38-39)

22-06-2013

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